Vajilla San Telmo

COMPOSICIÓN

24 platos llanos · 12 platos hondos · 12 platos de postre · 1 sopera · 1 salsera con rabanera · 1 fuente grande · 1 fuente mediana

Vajilla San Telmo

COMPOSICIÓN

24 platos llanos · 12 platos hondos · 12 platos de postre · 1 sopera · 1 salsera con rabanera · 1 fuente grande · 1 fuente mediana


Forma imperio

La Cartuja creó la forma imperio para las grandes conmemoraciones, aquellas que tenían relación con la realeza, para de este modo distinguirla de las producciones más tradicionales. Su característica principal es que la decoración de sus piezas es más elaborada, y en algunas de ellas pueden observarse relieves de adornos florales.


Escenas románticas

La vajilla San Telmo respira romanticismo: escenas galantes, con un paisaje palaciego al fondo, protagonizan su decorado con dos parejas de enamorados. Estas escenas se complementan con una greca que recuerda las espectaculares lámparas de los monumentales palacios.


Color azul cobalto

Este color distinguía a las prestigiosas vajillas inglesas del siglo XIX, y se utilizó como imitación de las célebres porcelanas que procedían de China. Desde su fundación, La Cartuja de Sevilla decora con azul cobalto las vajillas elaboradas para la alta sociedad y la realeza, un color de gala que se reserva para las grandes ocasiones.

Edición exclusiva, limitada y numerada

La Cartuja de Sevilla certifica que cada vajilla ha sido elaborada artesanalmente. Son vajillas exclusivas y limitadas en series de 998 ejemplares. Cada vajilla va acompañada de un certificado de autenticidad, numerado individualmente, aspecto que garantiza aún más su exclusividad.

Juego de café

COMPOSICIÓN

12 tazas de café · 12 platillos de café · 1 cafetera · 1 lechera · 1 azucarero

Juego de café

COMPOSICIÓN

12 tazas de café · 12 platillos de café · 1 cafetera · 1 lechera · 1 azucarero

Vajilla San Telmo

El Romanticismo y los 175 años de historia de La Cartuja han inspirado la creación de esta vajilla exclusiva.

Vajilla San Telmo

El Romanticismo y los 175 años de historia de La Cartuja han inspirado la creación de esta vajilla exclusiva.

El palacio de San Telmo y la glorieta de Bécquer, dos símbolos del Romanticismo

Desde su construcción en 1682, el palacio de San Telmo de Sevilla ha sido el escenario de diversos acontecimientos que lo relacionan íntimamente con el Romanticismo.

En 1849 fue adquirido por Antonio de Orleans y María Luisa Fernanda de Borbón, duques de Montpensier. Y fue allí el lugar en el que en 1877 se celebró la pedida de mano de Alfonso XII a la hija de ambos, María de las Mercedes. Al fallecer en 1897, la duquesa de Montpensier, legó los espléndidos jardines del palacio a la ciudad, lugar que en la actualidad ocupa el

parque de María Luisa. Este fantástico enclave invita a pasear entre elegantes edificios, deliciosos rincones, hermosas fuentes y románticas glorietas, entre las que destaca la glorieta de Bécquer, dedicada al más importante poeta español romántico.

En el centro de la glorieta hay un impresionante árbol que cubre todo el recinto, además de un bello monumento de mármol compuesto por un busto del escritor y tres figuras femeninas, que simbolizan el “amor ilusionado”, el “amor poseído” y el “amor perdido”, en memoria de la rimaEl amor que pasa.Completan la escena dos figuras más, de bronce, que representan el “amor herido” y un joven Cupido que recuerda “el amor que hiere”.

Elaboración artesanal

La calidad, el estilo propio y la tradición artesanal son valores que caracterizan el sello de La Cartuja desde su fundación en 1841. Las técnicas usadas en la actualidad son las mismas de hace más de 175 años: dan prioridad a la calidad y cuidan con esmero los mínimos detalles. El proceso artesanal mantiene estrictos controles de calidad desde el primer momento. La Cartuja de Sevilla es la primera empresa española en certificar los contenidos de plomo y cadmio.

Elaboración artesanal

La calidad, el estilo propio y la tradición artesanal son valores que caracterizan el sello de La Cartuja desde su fundación en 1841. Las técnicas usadas en la actualidad son las mismas de hace más de 175 años: dan prioridad a la calidad y cuidan con esmero los mínimos detalles. El proceso artesanal mantiene estrictos controles de calidad desde el primer momento. La Cartuja de Sevilla es la primera empresa española en certificar los contenidos de plomo y cadmio.

La proporción exacta de arcilla de Inglaterra, caolín de Burela, arena de Cádiz, carbonato cálcico, sílice y feldespato es el secreto para lograr la loza fina, conocida como barbotina, de dos tipos: uno sólido y otro líquido.

Se extiende la mezcla sólida sobre un molde, que dará forma a platos y fuentes con la ayuda de una prensa, y se dejan secar sobre una base que consolida su forma. Cada pieza se separa de esta base manualmente, una a una.

Con la mezcla líquida se elaboran piezas como la sopera, la tetera y la cafetera. Una vez elegido el diseño de la vajilla, la masa se inyecta en moldes de escayola preparados previamente, procurando que la pasta ocupe todo el espacio.

Después de unas horas, cuando la pasta ha cuajado en las paredes del molde y se obtiene el grosor deseado, las piezas se desmoldan con la máxima delicadeza y a mano, una a una, para garantizar su forma final perfecta.

Los elementos imposibles de realizar con molde que forman parte de las piezas huecas, como las asas o los agarraderos de las tapas, por ejemplo, se colocan a mano, uno a uno y con sumo cuidado para que queden bien adheridos.

Cuando las piezas están formadas y contienen todos sus elementos, un equipo de expertos alfareros las repasa manualmente y refina con una esponja, a mano y de forma individual, para eliminar impurezas y suavizar.

La vajilla ya está preparada para la primera cocción, que se realiza a 1.120 grados durante unas 12 horas. Tras este proceso pasa del color marrón grisáceo inicial al característico y muy preciado color blanco de La Cartuja.

Después de esta primera cocción se desechan las piezas que no cumplen el estándar de calidad. Solo aquellas que pasan esta criba lucen el sello de La Cartuja en el dorso, aplicado a mano, uno a uno, y que certifica su autenticidad.

Las piezas se bañan en un líquido tapaporos antes de ser decoradas, siguiendo el mismo proceso que las primeras vajillas del siglo XIX. Para fijar el color, se efectúa un segundo horneado entre 700 y 850 grados durante más de 20 horas.

Una vez se han enfriado, se sumergen en un baño de esmalte blanco. Para sellar las piezas e impedir que les entre humedad, se colocan en unas bandejas especiales con solo tres puntos de sujeción, que servirán como apoyo para la última cocción.

Este último horneado a 1.015 grados durante 12 horas hace que el esmalte cristalice, dé brillo y transparencia al barniz, y potencie y proteja los colores. Además, asegura que toda la pieza quede sellada por el esmalte.

Cada pieza se revisa una a una para eliminar las rebabas de los tres puntos de apoyo y pulir pequeñas imperfecciones. Finalmente, la vajilla habrá pasado por las manos de unos doce expertos ceramistas.

Certificado y garantía

Certificado de autenticidad

La Cartuja de Sevilla certifica que cada vajilla y juego de café han sido elaborados artesanalmente. Son unas vajillas exclusivas y limitadas en series de 998 ejemplares que tan solo están al alcance de nuestros mejores clientes. Cada certificado ha sido numerado individualmente, aspecto que garantiza aún más su exclusividad.


Garantía de uso y reposición

La gran durabilidad de los juegos de mesa que se producen en La Cartuja facilita su uso diario y además se pueden lavar en el lavavajillas. Grupo Planeta y La Cartuja garantizan un servicio de reposición de piezas en caso de rotura. De esta forma, la vajilla o el juego de café pueden mantenerse siempre completos y en perfecto estado.

Certificado y garantía

Certificado de autenticidad

La Cartuja de Sevilla certifica que cada vajilla y juego de café han sido elaborados artesanalmente. Son unas vajillas exclusivas y limitadas en series de 998 ejemplares que tan solo están al alcance de nuestros mejores clientes. Cada certificado ha sido numerado individualmente, aspecto que garantiza aún más su exclusividad.


Garantía de uso y reposición

La gran durabilidad de los juegos de mesa que se producen en La Cartuja facilita su uso diario y además se pueden lavar en el lavavajillas. Grupo Planeta y La Cartuja garantizan un servicio de reposición de piezas en caso de rotura. De esta forma, la vajilla o el juego de café pueden mantenerse siempre completos y en perfecto estado.

La Cartuja de Sevilla 175 años de historia

El origen de La Cartuja de Sevilla se remonta a las primeras vajillas inglesas del siglo XVIII, de donde surgieron las técnicas que Charles Pickman trajo a Sevilla para fundar su propia fábrica de loza y cerámica. Desde su nacimiento, este sello se ha relacionado con la nobleza y la realeza, gracias a que la calidad de sus piezas va unida al lujo, la tradición y la belleza.

La Cartuja de Sevilla 175 años de historia

175 Aniversario de la fundación de La Cartuja de Sevilla

El origen de La Cartuja de Sevilla se remonta a las primeras vajillas inglesas del siglo XVIII, de donde surgieron las técnicas que Charles Pickman trajo a Sevilla para fundar su propia fábrica de loza y cerámica. Desde su nacimiento, este sello se ha relacionado con la nobleza y la realeza, gracias a que la calidad de sus piezas va unida al lujo, la tradición y la belleza.

La importancia de las vajillas inglesas

Durante el siglo XVIII, Josiah Wedgwood, famoso alfarero inglés, fundó su fábrica en Staffordshire. Entre sus grandes avances se encuentra la conocida Cerámica de la Reina, creada a partir de barro cocido de color crema que se transformaba en una pasta que, una vez esmaltada, adquiría un aspecto brillante y lujoso.
Las vajillas inglesas se convirtieron en el centro de atención del resto de Europa, tanto por los procesos utilizados en su elaboración como por la calidad en los resultados.


175 años de historia

En 1841, Charles Pickman fundó La Cartuja en el antiguo monasterio de Santa María de las Cuevas de Sevilla. Gracias a la introducción de técnicas novedosas y maquinaria especializada, empezaron a producirse vajillas y elementos decorativos que muy pronto se transformaron en piezas exclusivas.
Las formas, la decoración y los colores de La Cartuja distinguen a sus vajillas del resto y se han convertido en su seña de identidad. Pasados 175 años, siguen elaborándose y manteniendo la misma calidad y valor artístico.


Un sello para la realeza

En 1871 –tan solo treinta años después de su fundación– fue nombrada Proveedora de la Casa Real por Amadeo I de Saboya, quien también concedió a Pickman el título de marqués. Desde su creación, personalidades ilustres de toda Europa adquirieron piezas de La Cartuja; entre ellas destaca la famosa emperatriz Sissi, quien encargó una vajilla con sus iniciales.
En la actualidad, tanto la infanta Elena de Borbón como los Reyes de España poseen juegos de mesa de La Cartuja.

Grandes personalidades han visitado La Cartuja

La gran calidad de las vajillas que nacían de La Cartuja no pasó inadvertida para la nobleza y la realeza de España y Europa. A finales del siglo XIX y principios del XX, varios miembros de la monarquía visitaron la fábrica y quedaron maravillados por la calidad y belleza de las piezas que allí se elaboraban; entre ellos, Alfonso XIII e Isabel II, que encargó una vajilla de forma imperio y color azul cobalto para uso propio.

La importancia de las vajillas inglesas

Durante el s. XVIII, Josiah Wedgwood, famoso alfarero inglés, fundó su fábrica en Staffordshire. Entre sus grandes avances se encuentra la conocida Cerámica de la Reina, creada a partir de barro cocido de color crema que se transformaba en una pasta, que una vez esmaltada, adquiría un aspecto brillante y lujoso.
Las vajillas inglesas se convirtieron en el foco donde miraba el resto de Europa, tanto por los procesos usados en la elaboración como por la calidad en los resultados.

175 años de historia

En 1841, Charles Pickman fundó La Cartuja en el antiguo monasterio de Santa María de las Cuevas de Sevilla. Gracias a la introducción de técnicas novedosas y maquinaria especializada, empezaron a producirse vajillas y elementos decorativos que muy pronto se convirtieron en piezas exclusivas.
Las formas, decorados y colores de La Cartuja distinguen a sus vajillas del resto y se han convertido en su seña de identidad, pasados 175 años, siguen elaborándose y manteniendo la misma calidad y valor artístico.

Un sello para la realeza

En 1871 –tan solo 30 años después de su fundación–, fue nombrada Proveedora de la Casa Real por Amadeo I de Saboya, quien también concedió a Pickman el título de Marqués. Desde su creación, personalidades ilustres de toda Europa adquirieron piezas de La Cartuja, entre las que destaca la famosa Sissi emperatriz, quien encargó una vajilla con sus iniciales.
En la actualidad, tanto la infanta Elena de Borbón, como los Reyes de España poseen juegos de mesa de La Cartuja.

Grandes personalidades han visitado La Cartuja

La gran calidad de las vajillas que nacían de La Cartuja no pasó inadvertida para la nobleza y realeza de España y Europa. A finales del siglo XIX y principios del XX, varios miembros de la monarquía visitaron la fábrica y quedaron maravillados con la calidad y belleza de las piezas que allí se elaboraban, entre ellos, Alfonso XIII o Isabel II, quien encargó una vajilla de forma imperio y color azul cobalto para uso propio.

Contacto

Si desea adquirir la vajilla y el juego de café San Telmo, realizados coincidiendo con los 175 años de historia de La Cartuja de Sevilla y como homenaje al Romanticismo, tan solo debe rellenar los siguientes datos, y en breve podrá vestir sus celebraciones y comidas más especiales con este excepcional y prestigioso juego de mesa.

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Agradecimientos: estilista Daniela Cavestany, Cado, Casa Viva, Filocolore y www.bcnapartmentrentals.com